8 de noviembre de 2017

LA BOLLERÍA INDUSTRIAL

La bollería industrial (pasteles, bollos, croissants, palmeras, etc) son y siempre han sido un reclamo para todos debido a su sabor dulce que nos crea adicción. Pero a estas alturas todos sabemos que estos productos no se deben consumir habitualmente, veamos porqué.
Todos estos productos que ya vienen envasados tienen algo en común: los ingredientes no son elegidos por el consumidor, por lo que muchas veces se desconoce qué estamos comiendo, y la mayoría de las veces suelen ser pobres en nutrientes y de baja calidad. Los tres ingredientes que más se utilizan para fabricar estos productos son la sal, el azúcar y las grasas saturadas: todos ellos en exceso pueden llegar a causar enfermedades y riesgos para la salud. También suponen un elevado aporte de calorías. Depende del producto, pero muchas veces se puede llegar a consumir las calorías de casi una comida entera (+- 500 kcal).

El principal problema de la bollería son las grasas. De 100 g de producto, del 30 al 50% son grasas. Estas pueden ser saturadas, normalmente de origen vegetal, pero de baja calidad, suele ser de girasol; grasas trans o hidrogenadas, estas se transforman mediante un proceso industrial por el cual se convierte el aceite vegetal líquido en grasa sólida, son las menos saludables y las que más frecuentemente se usan. Las grasas trans son las causantes de elevar los niveles de colesterol en sangre, por lo que un consumo habitual de estas podría derivar en un problema circulatorio o cardiovascular. Hay que hacer especial mención al aceite o grasa de palma, muy utilizado en la bollería industrial debido al sabor agradable que da al producto pero sobre todo debido a su precio, muy barato y económico.

Otro problema de la bollería insdustrial es el azúcar. Para elaborar estos productos se utlizan azúcares y harinas refinadas. Los hidratos de carbono suponen la mitad de macronutrientes que contiene el producto y el azúcar blanco de 20 a 40 g, serían unos 4 o 5 terrones de azúcar aproximadamente.

Con todo esto no queremos decir que esté prohibido comer bollería industrial, pero sí que su consumo debe reducirse para ser el mínimo posible. Como ya hemos dicho antes, al venir envasados no podremos conocer qué ingredientes contiene por lo que está en nuestra mano decidir si el producto merece la pena y si debemos adquirirlo o no. Por esto es muy importante la educación nutricional y las etiquetas en los productos, porque la mayoría de las veces el gran problema es la desinformación del consumidor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EN RESUMEN...

Como última entrada del blog vamos a hacer un pequeño resumen que englobará todo sobre lo que hemos hablado a lo largo del mes y una conclu...