Como última entrada del blog vamos a hacer un pequeño resumen que englobará todo sobre lo que hemos hablado a lo largo del mes y una conclusión sobre por qué se debe seguir la dieta Mediterránea.
La dieta Mediterránea es un tipo de dieta que surge de la diversidad de varias culturas tras compartir alimentos, métodos de preparación, etc. Lo característico de esta dieta es el tipo de grasas presentes en ella: insaturadas; presentes en el aceite de olvida, el ingrediente característico por excelencia de esta dieta, los frutos secos y el pescado azul. Los cereales son las base de sus platos, los cuales contienen mucha fibra (carente en muchas otras dietas) y las carnes pasan a un segundo plano (el consumo de carne se limita sobre todo a carnes blancas). El consumo de frutas y verduras frescas es abundante, aportando muchas vitaminas y minerales.
A parte de ser una dieta que aporta todos los macro y micronutrientes necesarios, la dieta Mediterránea se considera ya un estilo de vida y así lo reconoce la UNESCO, que la inscribió en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Diversos estudios realizados con este patrón de dieta dieron a conocer sus importantes beneficios en cuanto a enfermedades de todo tipo: cardiovasculares, entre ellas la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades cognitivas como el Alzheimer e incluso pueden reducir el riesgo de la espina bífida en los fetos. Entre ellos hay que destacar ele studio PREDIMED. Se sabe también que esta dieta está asociada a una mayor longevidad y calidad de vida.
Además de lo anterior, la dieta Mediterránea también impulsa a realizar ejercicio diario y tener una vida más activa.
Hay que destacar que realmente no hace falta tener un poder adquisitivo elevado para poder seguir esta dieta, aunque algunos ingredientes como el aceite de oliva pueden tener un precio algo elevado, la compra de carnes rojas, de precio también elevado, se reduciría o casi se suprimiría.
En conlusión, a largo plazo esta dieta es la mejor opción para su calidad de vida. Y si además la acompaña con actividad física los resultados serán mejores y más notables, sobre todo en su salud y su estado de ánimo. Como decíamos antes, realmente esto constituye un estilo de vida, no una dieta pasajera, por lo que si realmente se compromete a cambiar sus hábitos y a empezar este seguimiento, los beneficios serán innumerables.