Un estudio recientemente publicado sobre la cerveza ha tratado de demostrar los beneficios de un consumo moderado dentro de la dieta mediterránea sobre nuestra salud.
Se trata del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), presentado por el doctor Ramón Estruch.
En dicho estudio se ha puesto de manifiesto que la ingesta
moderada de cerveza podría reducir la mortalidad por enfermedad cardiovascular.
El autor se ha molestado en hacer hincapié en que la inclusión en la dieta de un consumo moderado de bebidas
fermentadas como la cerveza, mejora el perfil
lipídico y favorece la absorción de un tipo de antioxidantes
presentes en bebidas fermentadas y otros alimentos de origen vegetal.
En el lado opuesto, el consumo irregular y excesivo tendría efectos opuestos.
También se ha remarcado que si se consume de forma localizada durante el fin de semana los beneficios de estas bebidas fermentadas desaparecerían.
¿En qué consiste el consumo moderado?
El consumo moderado consiste en la ingesta de entre uno y dos vasos al día en mujeres (al rededor de 15 gramos de alcohol), y
entre dos y tres vasos para los hombres (unos 30 gramos de alcohol).
Como siempre nos encontramos ante una balanza, tratamos de encontrar un equilibrio. Los beneficios de la variedad alimenticia que nos puede aportar una dieta saludable, la dieta mediterránea, siempre van a poder verse implementados con otras sustancias como es en este caso la cerveza o como vimos en entradas anteriores, el vino.
Al fin y al cabo, la cerveza es una bebida creada a partir de granos de cebada u otros cereales, sustancias sacadas de la naturaleza y que en sí mismas no son perjudiciales.
Pero es una bebida fermentada y por lo tanto contiene alcohol. Los beneficios que nos pueda aportar a nuestra salud cardiovascular (junto con los demás componentes de la cerveza) dependerá siempre de nuestra decisión.
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