La dieta mediterránea es especialmente saludable no solo por incluir una alimentación rica y variada, sino también por ir acompañada de la práctica de ejercicio físico moderado. Esta combinación aporta múltiples beneficios a nuestro organismo, entre ellos, los siguientes:
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- Disminuye la obesidad: Gracias a la ingesta de grasas insaturadas, en lugar de saturadas.
- Disminuye la diabetes: Debido a que una alimentación rica en hidratos de carbono complejos y aceite de oliva hace que los niveles de glucosa de nuestro cuerpo se regulen.
- Aumenta la esperanza de vida
- Disminuye la tasa de mortalidad por cáncer: Esto se debe a la ingesta de aceite de oliva y grasas omega 3, ya que son dos reguladores de nuestro organismo que participan activamente en la eliminación de residuos y toxinas del organismo.
- Disminuye el envejecimiento de las células: Ya que es una dieta rica en antioxidantes, debido a la cantidad de vitaminas y polinenoles.
- Disminuye el índice de enfermedades cardiovasculares: Debido, entre otras actividades, al elevado consumo de pesado azul, el cual posee unas grasas parecidas a las vegetales, las cuales protegen al organismo frente a las enfermedades relacionadas con el corazón.
- Disminuye el índice de enfermedades degenerativas: Alimentos como los frutos secos o el pescado azul, fortalecen la capacidad cognitiva, mejorando la memoria.
- Disminuye el nivel de colesterol en sangre
- Disminuye el riesgo de sufrir fracturas óseas: Debido al gran aporte de calcio.
Además, los productos que protagonizan esta dieta son fáciles de conseguir y de preparar para personas de distintas edades, distinto poder adquisitivo, etc.
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